Tuesday, January 30, 2007

Más vale...

...que digan "aquí corrió" que....



Me trataron de asaltar ayer. Pistola y todo.


...Don't ask how, but I got away intact.

...Man.

PELAS, gorilón! >:(

Thursday, January 25, 2007

Confecciones [fragmentae]

..Tomado de un texto que probablemente jamás voy a terminar (que, a este paso, sólo verá la luz del cyber-día en pedazos). Bastante non-sequitur.

Intento, carajo. Intento sentarme y vertir sólo en cantidades moderadas. Y la pantalla no deja de llenarse, y el número de hojas no deja de crecer.

...Cincuenta y contando.

Fragmentos. Ergo..fragmentado.

I. [Overture]

Acostado sobre la cama, observaba un techo que mataba los minutos de su noche con horrible monotonía. Painfully awake. Outside, cars passed by, one after another; and the telling, hurried footsteps of those who just now began their day. The clock on the nightstand mocked him and threatened to, at any given moment, hack at the delicate threads of his sanity every time the second hand dragged itself along, amplified a thousand-fold in his ears. The worst part was knowing that this scene would comprise his entire night, one very long minute of self-awareness and uncomfortable silence.


II. [Operture]

Cerraba la puerta de la casa sin prestar mucha atención. Escuché embelesado a un joven tocando una guitarra, alternando repentinamente entre piezas frenéticas de guitarra española y el sosiego de los desgarradores blues. El muchacho lo hacía sin estar conciente de ello, porque era obvio que su mente estaba en otro lado. Ansioso por las atenciones de una amiga que no le notaba, quizá, o frustrado por unos padres que estaban demasiado involucrados en el trabajo como para preguntarle sobre su día.

Sólo se detuvo cuando se percató que llevaba un par de minutos observándolo sin moverme de mi lugar. Asintió con la cabeza y dejó que sus manos siguieran con su tarea.

“¿Killer Is Me?” pregunté. Detuvo su mano a medio rasgueo y hesitó por una fracción de segundo. Nada en el mundo me hizo pensar que sabría la canción de la que hablaba, o que la tocara si la supiera. Volteó al final de la calle y dejó sus manos a la tarea.

Reconocí los acordes y recordé las palabras. Las murmuraba para mí mismo. Inhalé profundamente, relajado. Le di las gracias y seguí mi camino. Doblé en la esquina y todavía podía escuchar las notas resonando en mí, como un nudo de fuego en el pecho, suspendido, sin tocarme, pero torturando mis entrañas. Matándome desde adentro.

Sería una noche larga.


II. [Melieu]

“¿Qué signo eres, por cierto?”

“¿Signo?”

“Mm-hm.”

“Cáncer.”

“Hm.”

“¿Qué? ¿Por qué?”

“Nada más.”

“¿‘Nada más’ qué?”

“Es que tenemos muchos rasgos en común. Demasiados. Pensé que eso lo explicaría, de alguna manera.”

“¿Qué signo eres tú?”

“Capricornio.”

Rió algo sardónica. “Ah. Escéptico. Práctico.”

“No hay relación entre los dos...¿Cierto?”
...
“Y yo, Cáncer...la última ingenua, desafortunada idealista de la bola.”

“Ambos parecemos tener los pies firmes sobre la tierra.”

“Porque tengo plomo dentro de los zapatos, Iacob.”

“Mm.”

“Y llevé una navaja a mis alas años atrás.”

Hizo un gesto breve e involuntario de disgusto, volteando ligeramente la cara.

Ella siguió. Pensaba, amargamente, en la verdadera naturaleza del corazón humano y en las supuestas buenas intenciones—vacías, jamás altruistas—que muchos trataban de emular. “Si el hombre hubiera sido diseñado para volar, lo sabríamos. Por designio ya sea natural o divino se expían los atributos que no nos son útiles. Tenemos dos pies, y andamos. Fin.”

“Pero podemos nadar,” refutó él, como un último recurso, retándole.

“Y mira qué fácil nos ahogamos,” completó ella, sin necesidad de decir más que eso. Su punto había sido probado.

Sacudió la cabeza, tratando de esconder una sonrisa que sabía—irónicamente—le reanimaría a seguir con su argumento. “Derivo una especie de perverso placer de escucharte hablar tan desalentadoramente sobre nosotros.”

“...Prefiero automedicarme con dosis regulares de desconfianza en la mañana, pesimismo por la noche, como puedes ver.” Imbibió el resto de su trago, contemplativa. “Suena más desagradable de lo que quizá es, en realidad,” agregó para confortarle.

“Vacilas sobre la tenue línea que separa a aquellos indiferentes a su condición de existencia de los que abiertamente desdeñan...”

Calló un momento. Volteó hacia arriba, y una gran sonrisa maliciosa y genuina figuraba en su cara por primera vez en mucho tiempo. “¿‘Pies sobre la tierra,’ que no?”

‘Y cínica, para rematar.’

Alzó la cara al cielo y dejó caer los brazos, dándose finalmente por vencido.


III. [Enfrentamiento]

Dejé más que suficiente capital para cubrir la orden entera, y antes de salir indiqué a la mesera que se quedara con el resto. Batallaba para meter un brazo a la chamarra, cuando alguien me jaló.

“Jibriel, ¿Qué...”

“Tengo que...darte las gracias.”

“¿Por qué?”

“Un detalle de tu parte de hace más de una década. Nunca te lo agradecí.”

“No hay por qué. Mira, tenemos que...”

“Vale mucho para mí. Fue algo muy agradable. Espero que lo sepas.”

“Necesitan que nos...”

“Espero que entiendas.”

Me resigné a tocar el tema. Exhalé. “De verdad.” Sonrió lentamente, cálida, brillante, honesta. Dio un paso para seguir a los demás, y sin saber que lo hacía, la apreté con mi mano alrededor de su brazo.

“Siento más que camaradería por él,” dijo enseguida, a manera de consejo y advertencia para que mantuviera mi distancia. “...Mucho, mucho más allá que amistad y afecto por un simple amigo.”

Relajé un poco la mano con que la sujetaba para evitar lastimarla. Me ganó y respondió la siguiente pregunta antes de que se me ocurriera hacerla. “Bastante tiempo. De unos meses para acá, un par de años, pude admitírmelo, sin más rodeos ni cobardía. Soy completamente leal a Rafael.”

Guardé silencio por un solemne momento. Asimilando mi dolor. Evolucionándolo. “Debo acordarme de felicitar a quien probablemente acabas de hacer el hombre más feliz del mundo.” Como no escuché una respuesta, la busqué. Me pedía con la mirada que no dijera nada. Reí nuevamente, mi dolor y mi derrota redoblados.

Como a lo lejos, escuché que dijo algo. Quizá fue, “Se me olvidaba.” Llamándome varias veces por mi nombre, hizo que volteara a verla a la cara, y depositando algo en mis manos, las juntó y llevó hasta sus labios para depositar un casto beso sobre mis dedos. Me dejó ir y se dio la vuelta para desaparecer enseguida y alcanzar a los que nos llevaban por mucho la delantera.

Por un largo tiempo me limité a observar mis manos como un idiota sin más remedio. No podía hacer más que eso. Cuando finalmente decidí no demorar más, me armé de valor suicida para ver qué había depositado en confidencia.

Cuídalo, escuché su voz en mi oído; es lo más preciado que tengo. Miraba con curiosidad el pequeño bulto envuelto en una hoja de papel, y al abrirlo alcancé apenas a capturar a medio aire una piedra. En el interior de la hoja, una nota escrita con su letra. “Lamento no poder corresponderte de la misma manera. Cuídalo. Es lo más preciado que tengo. Y te traerá buena suerte.” Abrí mi mano derecha lentamente, y alcé una ceja. Reí, y a pesar de no saber qué hacer con su regalo, apreciaba sus finas líneas y colores. Cuando sentía cerca la presencia de las sombras y demonios del pasado, velados de melancolía y viejos resentimientos, sacudí la cabeza para esparcirlos. Apreté los ojos y escondí la piedra. Levanté la mirada y trataba de concentrarme en cualquier movimiento que proviniera de la oscuridad delante de mí. Seguí de todos modos.


III. [Meleé]

“To the depths whence you came, child of chaos,” I announced, charging at the same time he did, upon hearing his sentence uttered.


IV. [Veras]

“Asumí que...”

“Jamás lo hagas. Dedujiste mal.” Se volvió cortante, como nunca lo había escuchado ni visto portarse, ni siquiera con quienes lo ameritaban. “Poco después de haber caído en cuenta de mi actual condición, me invadió una ininteligible sensación de deber hacia ella, que me ataba como cuerpo a su centro. Se percató de mi estado, y por algo extraño, respondió con la misma moneda. La alejé bastante tiempo para hacerla ver por su propia cuenta qué es lo que llevaba guardado ahí dentro para mí. Por mucho que me dolió hacerlo, y por más que la duda me consumía vivo, debí hacerlo. Gravito en torno a ella, y resumido y dicho en palabras que aludan a términos humanos simples, la amo.”

“Y ella...”

“No lo sé,” interrumpió, sombrío.

“¿No viene siendo tiempo de que te lo haga saber?”

“¿Quién soy yo para exigirle una respuesta, sobre todo una así? O quizá...”

“Quizá...”

“Carezco de la fe suficiente para aceptar lo que me pueda ofrecer, y sólo soy un cobarde.”

“No creo que ese sea el caso...”

“Pero es.”

“¿Hasta cuándo vivirás así?”

“Rafael.”

Volteamos. “Jibriel, justo la persona que estaba buscando. Mi amigo aquí, mejor dicho, te buscaba. Hablábamos de ti. Me retiro y los dejo a...” Vi a Rafael pasar a mi lado, ignorándonos a ambos. Huyendo, mejor dicho.

“Rafael,” volvió a decir ella, como una orden, y me convencí de que su tono de voz, aunque suave, bastaba para imponerse sobre la voluntad y fuerza de cualquiera.

Le asió por la tela de su brazo y se mantuvo estoica viendo hacia delante. Pude ver terror en los ojos como platos de mi amigo al tiempo que giraba para verla por detrás.

“Tengo que hablar contigo. Tenemos que hablar.”

Me retiré, alarmado por el pánico obvio que invadía las facciones de Rafael. Le imploraba de mil maneras, pude ver, y ella no cedería, jamás.
....
“No te puedo perdonar el que hayas depositado en mí toda la tarea de buscar. Me abandonaste para que lo hiciera. Y, sabes, en la ausencia encontré todo lo que necesitaba para comprobar lo que ya sabía de antemano.”

No necesitaba escuchar lo siguiente para saberlo. Sólo se lo dijo, y sólo diré que me dolió.

Ella escondió la cara, y su agarre comenzaba a debilitarse y su mano a caer, temblorosa de porte y voz. Él la jaló de un brazo para no dejarla ir, y comenzó a recitar desesperado y atemorizado a la vez una confesión infinita de cosas escondidas en lugares que pretendían ser olvidadas con el tiempo. Sólo vi que negaba con la cabeza y su boca no paraba, haciendo ademanes con su otra mano para hacer los respectivos énfasis donde lo ameritara. Redujo la velocidad de su oratoria, el tono, pero su corazón latía como a punto de estallar. Callado, frente a ella, casi tocándola, la observaba con el alma pesada, esperando respuesta.

Lloró ella, murmurando apenas inteligibles palabras solo para los oídos de él, colapsando contra su pecho. Tomado un poco por sorpresa, dejó las manos en alto y sonrió melancólicamente, poco a poco envolviéndola entre sus brazos para esconderla y guardarla para él solo.

Lo odié. Muy adentro, muy en el fondo, lo congratulé. Pero lo odié.


V. [Deussa Discordia]

Eterna manzanita de discordia, pensé, plenamente satisfecha con mi trabajo.


VI. [Indulgence]

Años más tarde, me encuentro con ella en la calle. La misma criatura inocente de hace años, ignorante de mis intenciones. Me siento una enorme serpiente, levantando más y más alto mi cuello y mi cabeza a los cielos, despegándome de ella, escondiendo de donde provendrá el estético y letal golpe de gracia. Mientras, el resto de mi cuerpo hormiguea en expectación, rodeándole miles de veces, aturdiéndole el instinto que responde a peligros y amenazas a su persona. Desde arriba, las cosas se ven diferentes. Mi dolor está por encima del suyo, y no hay rastros de humanidad ni corazón que puedan brindarle empatía alguna...Se sienten tan distantes, tan remotos, que dudo que tenga rastros de ellos en mí.

Algo se mueve. Piedad, furia aplacada, no sé qué me detiene. A punto de devorarla, optando salvarle el dolor de una muerte lenta, fallo a propósito y aterrizo mi cabeza estrepitosamente al chocar contra la tierra, a centímetros de ella. Mis ojos abiertos, aturdida por mi libre elección y la dimensión de mi fracaso. Quedo tirada por un tiempo, sólo contemplando lo que decidí no hacer de último momento, sin acabar de entender ni encontrar respuestas. Se ríen sin sonido todos mis demonios y los escucho, y de reojo los veo, todos los rencores y todas las noches en vela conjurando mi justicia divina y mi perfecta victoria. Todo, en vano.

Exhalo, sintiendo como me torturan con tridentes de fuego las sombras. Mis ojos no se acaban de cerrar, y ya no puedo ver algo más que manchas en la luz.

Es el fin, comprendo, y acepto la resolución mansamente, obligando a mi cuerpo a que obedezca mi voluntad y deje de tensarse.

Siento como acarician con tremenda ternura mi cabeza, cuando mi piel rígida como armadura no debiera dejar pasar ningún tipo de sensaciones. Siento su calor a pesar de las incongruencias, y sabiendo de su empatía y sabiéndome incapaz de detenerla, me resigno a morir debajo de su velo cálido y expiatorio de compasión.


VII. [Expiatoria]

“¿Qué tienes?”

“Muy poco dinero como para seguírselos regalando. Nada.”

“Tercia de ases.”

“Cuatro sietes.”

Mierda.”

“¿Tú?”

“Flor imperial.”

“...Eres cruel, cabrón.”

“Nunca asumas que has ganado sin estar seguro de lo que tiene tu oponente,” apreció Uriel.

“...Saquen el pinche Monopoly,” gruñó Rafael entre dientes, cruzándose de brazos.


VIII. [Nightmares and Dreamscapes]

“Jibriel tiene una fuerza horrorosa a su disposición día y noche, y lo sabe. Lo que ha venido aprendiendo es cómo controlar ese suministro para no provocar huracanes con un suspiro, o destruir ciudades enteras en sueños.”


IX. [Lecciones]

“Necesito que seas egoísta de vez en cuando, Gabriel,” dijo él, sonriendo.

“Entiendo,” dijo, un poco apenado, un tanto molesto.


X. [Debilidades]

Me buscas. Lo sé por el quejido que lleva el frío cortante en el viento. Tus intenciones te traicionan. Vamos, sé fuerte.


XI. [Virtu]

“No perdí la habilidad de confiar en ti mis secretos—nunca extendí semejante cortesía. No porque no quiera, sino porque no puedo, que quede claro. Siento mucho que te sientas traicionado.”

“Eres fuerte en tu silencio. Eres fuerte en tu llanto. Eres la armoniosa convivencia del caos. Comprendo tanto. Me basta. Eres contradicción y leyenda, mito y realidad, pero no víctima ni victimaria. No podría respirar a gusto sabiendo que en algún lugar estás sin poder hacer sentido del mundo por ti misma.”

“¿No te cansas de defender mi causa?”

“A veces creo que sería más fácil hacerte entrar en razón a la fuerza, pero eventualmente te convences.”

“¿Serías capaz de agredirme?”

“A mi manera.”

“¿Cuántas formas puede haber?”

“...Créeme.”

No hice más preguntas.


XII. [Precio]

“Por un corazón roto, pagaron otros miles,” me dijo, sollozando.

“Ahora sabes lo que cuesta mantener con vida a un corazón desconsolado,” ofrecí, tratando de aliviar un poco de su pena, compartiéndola. Reflexioné un poco. “El deseo de vengarte es abrumador, ¿no es así?”

Conservaba la mirada agachada, y entendería si me hubiese dicho que le pesaba levantarla de donde la había enfocado, decididamente, en mi pecho. “Lo es todo. Abstracto, insaciable. Es querer devastar, privar todo de luz y de vida.”

Acaricié su cabello, esperando que mi tacto le confortara cuando menos en una pequeña fracción. “Descansa,” murmuré, desesperado por ahogarla en compasión. Me moría por estrecharla hasta hacerla estallar en mil fragmentos, sólo para darme a la tarea de rejuntarla y arreglarla una y otra vez, regocijándome sádicamente de mi privilegio. Y de repente me sentía tan pequeño, tan conciente de mi lugar en el estrecho cosmos, y lo insignificante que pudo ser mi plegaria comparada con la de otros millones que necesitaban, ameritaban, merecían presenciar similares milagros, tanto más que yo. Pero, ultimadamente, la bendición había sido mía. Esta mujer me hacía sentir lleno de contradicciones.


“Refúgiate en mí, bello caos.” Junté mis labios a su frente y sonreí, orgulloso, satisfecho...humillado, agradecido de tenerla de vuelta y para siempre saberla mía por su libre elección y deseo. “Bienvenida a casa, mi fénix de sombras.”





..Hace tiempo que no duermo en una cama. Como la gente normal.


...Non-sequitur, like I said.

Gonzo Redeemed

Ray of sunshine to my gloomy week...Much obliged.

Abro mi correo, y en medio de descartar media bandeja de entrada como basura..



...OMFG :O
...Tool.

..Cox Arena.

.03/20.
(...Mi madre cumple 50 años el mismo día. Pero ella entenderá.)
Boletos a la venta el 02/02.

Chín chín al que se raje...! :O

Wooeeeeiiiyy..!! ¿Cómo le hago para escoger asiento bueno..??????

Thursday, January 11, 2007

Metamorpheo.

Lately I've been measuring...



Seems my time is growing thin.
Wind me up and watch me spin;
Watch me spin,
Watch me spin.


Skin and bones
Skin and bones
Skin and bones don't you know?

Skin and bones
Skin and bones
Skin and bones don't you know?

I'm just skin and bones.

All worn out and nothing fits
Brennivin and cigarettes
The more I give the less I get--
But I'm all set
I'm all set

Skin and bones
Skin and bones
Skin and bones don't you know?

Skin and bones
Skin and bones
Skin and bones don't you know?

...I'm just skin and bones.

Deep within this frame of mind
Heart of hearts oh valentine
Tell my mom I'm doing fine
;
Doing fine
Doing fine

Skin and bones
Skin and bones
Skin and bones don't you know?

Skin and bones
Skin and bones
Skin and bones don't you know?

Skin and bones
Skin and bones
Skin and bones don't you know?



I'm just skin and bones.

Go Foo.