Wednesday, August 12, 2009

Agosto 12: Mi Nuevo Cumpleaños

Pollos karatecas, discusiones telefónicas, zanorias...y Bob Esponja

Agosto 12, 2009, 0730 horas. Regreso a mi oficina después de recoger documentos. De nuevo vengo dándole vueltas en mi cabeza a cosas sobre las que no tengo control. Abro la puerta y...hay un enorme pastel de zanahoria y una bolsita con tenedores y platos.

Rodeo el escritorio, especulando sobre quién será el cumpleañero incauto que no se las huele...y quién el confianzudo insolente que se metió a mi oficina a esconder el pastel mientras yo estaba fuera.

Me senté y hojié algo de correspondencia. Revisé el correo del trabajo. Vacié los mensajes del teléfono. Y no llegaba el dueño del pastel. Y se me hacía agua la boca.

De repente, algo de color mallativo llama mi atención en un rincón junto a mi escritorio, y cayendo en cuenta de que soy una chismosa, me da igual al recordar mi privacidad explotada y quedo cara a cara frente a...Bob Esponja.



Bastante perturbada, regreso la bolsa lentamente al lugar donde la encontré sin revisar su contenido. 'Esta chingada gente con la que trabajo está tocada.' Considero las posibilidades...probabilidades de que sea una bomba.

Después de diez minutos comienzo a perder la paciencia y, cuando me voy a salir de la oficina para comenzar a hacer reclamos preguntas, encuentro varios recortes de la tira cómica de 'Calvin & Hobbes' discretamente regados por mi escritorio, pegados en la pared, colocados alrededor de mi computadora. Ahora creo tener mejor idea de quién ha andado metido en mi oficina.

Volteo encima de mi cabeza y hay un letrero de 'Feliz Cumpleaños' colgado...pese a que estamos a mediados de Agosto, y ya tiene un mes de que fue mi cumpleaños. Regreso a la bolsa de Bob Esponja (...ni idea). Mi perfume favorito y un sobre rojo.



Reconozco la letra. Leo mi nombre y confiada, sigo esculcando.



Recuerdo la discusión acalorada de hace una semana y palabras que dolieron. Quizá el mensaje fue correcto, pero no la forma de darlo.


Titubeo.

Sigo.



Jajaja...Genial.



Sonreí, sí, y lloré un poco. Me ganó el sentimiento. Ante el gesto, ante la intención, ante el probable remordimiento que le carcomió todo este tiempo, ante el valor de sentarse sólo con su consciencia a escribir esas palabras en la tarjeta. No sé, ante todo.


No tengo el valor para tomar el teléfono aún, pero me siento frente a la PC y redacto un correo. La respuesta es inmediata. Sonrío de nuevo.

Para el final del día, creo que desaparecí seis pedazos de pastel yo sola. Nadie dice 'no' al pastel de zanahoria. Nadie. Probablemente, muy probablemente, me haga daño. Pero no me arrepiento.

No encuentro la razón para seguir con rencores. No vale la pena.

Very Merry UnBirthday