Monday, December 29, 2008

.500: Medio Vacío...Medio Lleno

A LA MEEEERRRRGA!!!

PASARON A LOS PLAYOFFS ZOMG!! D':



Me la pasé viendo maratón de House (lo ADORO, btw :3) el domingo porque no me dejaron cambiarle de canal para ver uno que otro juego que me interesaba (eso pasa cuando vives en casa ajena y eres minoría). Una vez que el reloj marcaba quince para las cinco, sin embargo, les di el pitazo a los televidentes opresores y les advertí que pronto llegaría 'el Gran Sahrán' (mi padre) a ver el—ahem ahem, perdón—EL partido de los Chargers, así que sería mejor que se fueran preparando.

Apareció mi jefe, le cambió al canal indicado y se sentó a comer mientras veía el pre-game. Aproveché que estaba distraído y me desaparecí a "mi" cuarto en el segundo piso y me puse a leer ('The Winter King', que hasta ahora pinta de mega-weba, por cierto, a pesar de tratarse de la corte del Rey Arturo y haber sido laudado por medio mundo de críticos). Todo parecía ir bien...

"¡Alexis! ¡ALEXIIIS!"

..Y luego mi jefe me llamó para que subiera a ver el juego con él T_T.

Le dije que no tres veces, y cuatro me insistió que lo acompañara (soy la única en la casa que sigue/ve/juega deportes aparte de mi padre), que porque iba a ser un "partidazo". Ya no podía seguirme negando sin ofrecer excusas (porque sabe que me gusta el americano un buen), y le admití que prefería perderme el juego y ahorrarme sus comentarios negativos, porque tiene la costumbre de despedazar con críticas a los Chargers así vayan ganando o perdiendo. Me hizo un gesto para que fuera a sentarme frente a la TV y me aseguró que no se tomaría el juego como algo personal (JA!).


Sin convencerme del todo, opté darle el beneficio de la duda con tal de poder ver un partido siquiera, el único de mi domingo, último de la temporada regular de la NFL, del que dependía el destino post-temporada de tanto los Broncos como los Chargers, advirtiéndole que a la primer mentada de madre me salía y me regresaba a leer.

Con la primer jugada de SD me aseguró que estaban desenvolviéndose como si fueran por todo en el SuperBowl...y con la segunda me reiteró que eran unos jodidos amateurs teeeeercos a utilizar al "inútil" y "acabado" Tomlinson (cosa que me ardió, por cierto). A veces, aunque los Chargers avanzaran cinco yardas en primera y diez, la crítica era que SOLO AVANZARON CINCO YARDAS; y si osaban a pasarle el balón a LT y no a su nuevo predilecto, Sprowles (#43), estaban aferrándose a la estrategia que los había hecho estancarse en el deplorable récord que tenían antes de su racha de suerte tardía.

Luego LT corrió por 45 yardas en una jugada, y al final terminó anotando 3 touchdowns de los sorprendentes 52 puntos acumulados por SD. Y mi papá me recordó nostálgico que LT seguía siendo su favorito, pero que ya era viejo (a los 29?? cuando hace sólo un par de años anotó mas de 70 TDs en una sola temporada, rompiendo el récord??) y mucho más gordo (uh, su peso creo que permanece constante). Totaaaaal...Ni cómo hacer feliz a este hombre.

Pero dejando de lado a los fanáticos amargositos, el punto es que pese a los números (temporada .500), traen racha los Chargers: han ganado—y bien—los últimos 4 partidos. Aunque valí burro en la quiniela y ahora hay que pagar otra camiseta, cuando menos despabilaron los muchachos a tiempo para pasar a los playoffs. Y para los que no creen que los dioses así lo han querido, mi lista de señales:

· Denver perdió sus últimos tres partidos consecutivos, prolongando así la agonizante vida de las expectativas de los Chargers respecto a los playoffs,
· SD se impuso a la insensatez del oficial del encuentro Chargers/Broncos pasado,
· 52-21!!,
· el resto de los resultados bizarros de las otras divisiones,
· y como máximo mal augurio para los Bronquitos, la patada de punto extra después de su primer TD ni se dignó a entrar (después de que anularon el primer intento debido a una falta).

Vamos vamos VAMOOOS!! Yu ken du eeettt, gaaiiiiss!!



¡¡Larga vida a Eyeshield 21!!
(lol)

Ah, y una cosa más: ¡Chin-chin a los conformistas! >:(

Friday, December 05, 2008

Bleh

¿Ya tocamos fondo?

Mal no me ha ido, o no lo suficiente como para que valga la pena quejarme. Por fortuna, a pesar de que han habido grandes cambios en mi vida personal (unos para bien, otros no tanto..)...aquí seguimos.

Desafortunadamente, Noviembre terminó en una serie de notas bastante desalentadoras que, más que entristecerme, me han dejado aturdida hasta el momento. No sé qué pensar más allá de ‘bleh’.

Pero la verdad es que ya no siento nada.

He andado desaparecida intencionalmente..o mejor dicho, sin ánimos de venir a desahogarme en el blog. No le veo provecho.

Miércoles
Versión Corta: Wachos, Wachos Everywhere

Llegué a la casa un poco tarde, como a las 6:30 pm. Entré y mi intención era cambiarme solamente e ir a visitar a mi hermano y cuñada, por lo que entré y no cerré con candado la reja de la calle ni la metal de la casa, aunque sí la interior de madera.

Prendí luces del primer piso y subí a mi cuarto a cambiarme. Me quité el pantalón y el plan era ponerme unos pants y largarme, pero en cuanto vi la cama decidí descansar ‘un ratito nomás’. Me trepé a la cama y me cobijé y me valió la luz encendida del cuarto.

Una media hora después despierto no sé por qué, quizá algún ruido, y en la puerta hay tres soldados—dos con pasamontañas—armados viéndome.

Total, para no hacerla larga, vinieron buscando a un vecino (al de hace unos meses), pero comenzaron a revisar algunas casas. Vieron la mía y que estaban encendidas varias luces y las puertas sin candado, y como hablaron y nadie salía, creyeron que alguien se estaba escondiendo. Ah, y creyeron que estaba muerta, por aquello de que todo prendido, desmadre en la casa y yo tirada en la cama sin responder. He ahí su razonamiento, en todo caso.

Fueron los diez minutos más bizarros y vergonzosos que he tenido en bastante tiempo, considerando que me enredé la cobija alrededor del cuerpo y esperé pacientemente mientras otros wachos revisaban mis cosas en el primer piso.

Mi perro se llevó el ‘Epic Fail’ de la noche, sin embargo, al no darme el pitazo en ningún jodido momento.


Jueves
Versión Corta: De Señales E Infraestructuras

Después de la rifada cena, me despedí de mis padres y me fui a mi casa (con un potencial caso severo, seveeeero de indigestión). Me senté frente a la computadora un rato.

Unos minutos después mi hermano señaló a una gotera casi arriba de mi cabeza, y para cuando regresé con una cubeta caía ya un chorrito de agua más persistente; voltié a ver el techo y noté que se había hinchado toda una sección.

Indecisa entre apagar y proteger mi PC o ponerle el balde cerca al techo y picarle para que cayera toda el agua de una vez, opté por salvar la PC. Dándole la espalda al chorrito, en chinga nos pusimos mi hermano y yo a desconectar cables...y a la vez de que le escuché decir “Alexis...” me cayó una fucken cascada de agua heladísima en toda la espalda.

Se desprendió un extremo del triplay (..right?) y la tabla me pasó rozando la espalda, llevándose el monitor y embarrándolo contra la pared (no le pasó nada, afortunadamente). Cuando comenzamos a mover la tabla entre los dos con cuidado, se nos fraccionó en las manos.





Después de aguantar varios de sus chistes inoportunos mientras sacábamos todas mis cosas del cuarto, me fui a cambiar toda la ropa empapada. Regresé y vi el cuarto vacío—a excepción del relleno pica-pica homicida—con algo de resignación y pesimismo. Le dije a mi hermano que no quería pasar el resto de la noche pensando en el desmadre, y que mejor nos fuéramos a jugar un poco de PlayStation a casa de mis padres para distraer mi mente de la enorme lista de tareas a completar en los días siguientes.

Cerraba con llave la reja cuando mi hermano me interrumpió para preguntarme algo, sonriendo. “¿Así...o quieres más señales para cambiarte?”

...Pendejísimo.


Regresé a mi casa la mañana siguiente para ver si con la luz del día le daba la debida perspectiva a la situación. Estaba segura de que las cosas no eran tan malas como había pensado la noche anterior.



...Nope. Eran tan jodidas como las había imaginado.


Viernes
Versión Corta: Finales No-Tan-Felices

Dediqué la mayor parte del día a seguir empacando el resto de mis cosas. El día pasó sin más, pero en la noche que dejaba algunas cajas en casa de mis padres, un familiar mío apareció y me sorprendí de verlo...doblemente cuando me dijo que las cosas parecían haber terminado con su esposa, siendo que los acababa de ver días antes y todo pintaba normal.

Dijo que se iría a pistear un rato con unos amigos en la cuadra y después vendría a platicar. Regresó después de unos minutos (y sólo una cerveza) y pasó a usar el baño. Al salir, le marcó a su esposa para preguntarle algo y decidí darle privacidad cuando parecía que la conversación iba para largo (tarifa final: cuarenta minutos con teléfono prestado ¬ ¬).

Decidió ya no regresar a chelear y se quedó mejor a vernos a mi hermano y a mí jugando PS2. Le pregunté cómo seguía a la vez de que trataba de aprender los controles del juego; y aunque después me di de topes por no prestarle la atención debida (Alan me masacraba mientras hacía el intento), pronto cayó dormido en el sillón.

Revisé que estuviera bien cobijado. Recogí su cartera, llaves y zapatos y los hice a un lado. Fui a estacionar su carro, y le traje un par de toallas limpias, jabón y shampoo.

Me sentía mal por él. Raras veces lo había visto deprimido; y aunque muchas otras nos habíamos burlado de sus problemas con sus relaciones, esta vez entendí que estaba genuinamente devastado.

Pero debo admitir que me dio algo de nostalgia por tenerlo de vuelta y estar los tres juntos...pese a las circunstancias.

Voltié a ver a Alan. “¿Cómo viejos tiempos, cierto?”

Exhaló y rodó los ojos.


UPDATE: ..Afortunadamente, hace unos días arreglaron las cosas tras muchas, muchas horas de hablar.


Sábado
Versión Corta: ...No la hay cuando de tragedias se trata

“Alex, soy yo. Te llamo nada más para avisarte, porque sé que es buen amigo tuyo. Acaba de haber una balacera por la casa de José hace como cinco minutos, y aunque no sabemos todos los detalles con certeza todavía, parece que hay heridos...y quizá hasta muertos.”

“¿Quiénes? ¿Están bien ustedes? ”

“Sí, sí. Estamos aquí en la casa. Me vinieron a avisar. Hasta ahorita todos dicen que Luis está involucrado, y acaba de haber mucho movimiento afuera de su casa; se me hace que se fueron al hospital, pero no sé cómo ande.”

“Ok, ok. No salgan. Me avisas cuando te enteres.”

“Sí.”

Minutos después, él me regresó la llamada.

“Hey.”

“¿Qué pasó?”

“Acabo de hablar con José. Él está bien.”

“Ffff...Qué bueno.”

“Le marqué al celular y le dije, ‘Hey, wey, ¿estás bien? ¿No te pasó nada?’ y me contestó, ‘Sí, wey, sí, yo estoy bien. Me mataron al Ángel. Me mataron al Ángel.’”

“¿Quién es Ángel?”

“Su hermano menor.”

“No mames...”

“...Yeah.”


Ambos permanecimos en la línea callados por un largo tiempo.



Me mataron al Ángel.


¡Mi bebé! ¿Qué le hicieron a mi bebé?

Un escalofrío general recorre mi piel siempre que recuerdo. Desde entonces, esa conversación, esas palabras, resuenan en mi cabeza. No logro...no puedo comenzar a asimilar nada parecido. Intento imaginar a mi madre en el lugar de la señora histérica gritando en la noche por su criatura, o de imaginar a cualquiera de mis dos hermanos dañados en lo más mínimo. Perdería la cordura.

Un par de días después, fui a visitar a mi hermano. Acabábamos de hablar de todo lo sucedido, de principio a fin. De momento reflexionábamos, él lavando los trastes de la noche anterior, y yo sentada en el suelo de loseta, recargada en una pared.

“Tener que enterrar a tu hijo...”

No tenía que ir tan lejos. ‘A tu hermano, González. A tu hermano,’ pensé.

“Tener que enterrar a tu hermano,” murmuró meditabundo, haciendo eco a mis pensamientos.

Sólo asentí con la cabeza. “Yeah,” dije, desganada.

Quedamos callados unos momentos. La gravedad de la discusión aún flotaba entre nosotros, tan palpable como una tercer presencia en la cocina.

Me preguntó que si quería acompañarlo a la tienda o esperarlo, y opté por la distracción. Viajamos en silencio.

·


“Todo lo que tengo...” dijo después de unos minutos, rompiendo mi concentración.

Voltié a verlo y esperé a que continuara o repitiera lo que dijo, pero no lo hizo. “¿Mande?” pregunté, confundida.

“De tratarse de mi hijo, daría todo, todo lo que tengo, a cambio de que me entregaran vivo al hijo de su puta madre responsable.”

No había necesidad de decir más. Agaché la cabeza y continuamos con el camino. Segundos después llegamos y, una vez en el estacionamiento, cambió totalmente nuestra disposición: de una actitud sombría a una ligera, bromista, como si lo hubiésemos acordado mutuamente. Si fingíamos o no, ninguno de los dos lo admitió. Lo cierto era que ambos estábamos desgastados por revivir la tragedia con argumentos inútiles e hipotéticos, que no dejaban de ser irrelevantes...ni morbosos.

Mientras caminábamos entre los anaqueles buscando el mandado, hablábamos de otras cosas. Triviales, por supuesto. Fingíamos haber dejado atrás lo otro, lo sé; o lo intentábamos, cuando menos.

De tratarse de mi hijo, daría todo, todo lo que tengo,’ escuché en mi cabeza la voz de mi hermano.

En mi interior, instintos y sentimientos hicieron un nudo alrededor de mi corazón. En vez de apretar y sofocarme con lamentos y auto-compasión, me endureció.

Sabía perfectamente mi posición al respecto.

Yo también.

Jamás lo admitiría a alguien en voz alta.

·

Creo que es un argumento a favor de que la maldad es la verdadera naturaleza del hombre: e
n nuestro interior, los demonios siempre andan sueltos.

...Sólo esperan la ocasión indicada para salir.

...Alguien diga que sí.